Cuando mi hijo cumplió 13 años, le revelé el secreto sobre su tío: «No está lejos, pero estamos a mundos de distancia.»
Jaime se quedó perplejo cuando supo por primera vez de su tío. Tuve que explicarle por qué había estado en la oscuridad. «Tu tío y yo tuvimos una disputa por asuntos familiares, y no hemos hablado desde entonces.»