Años Lejos, Puertas Cerradas: El Precio de Mi Sacrificio
Toda mi vida trabajé en el extranjero para darles a mis hijos un futuro mejor en España. Les compré un piso a cada uno, soñando con el día en que volvería y seríamos una familia unida. Pero al regresar, descubrí que el sacrificio no siempre se paga con amor ni gratitud.