La casa que nunca fue mía: sacrificios, distancia y un regreso amargo
Toda mi vida trabajé en Francia y Alemania para que mis hijos tuvieran un futuro mejor en Madrid. Les compré una casa con el sudor de mi frente, pero al volver, me encontré con una puerta cerrada y corazones aún más fríos. Esta es la historia de cómo el sacrificio puede convertirse en soledad.