El Perdón que Nunca Llegó
En un autobús abarrotado de Madrid, accidentalmente pisé el pie de una mujer llamada Lucía. Mi intento de disculpa se convirtió en una discusión pública que reveló más de lo que esperaba. La tensión en el aire era palpable, y el viaje se transformó en una reflexión sobre el orgullo y la empatía.