Años Lejos, Hogares Cercanos: El Precio de la Ausencia
Durante décadas trabajé en Alemania y Francia para darles a mis hijos, Lucía, Álvaro y Carmen, la vida que yo nunca tuve. Les compré una casa a cada uno, pero el precio fue mi propia soledad y la distancia emocional que creció entre nosotros. Solo cuando la salud me falló y regresé a Madrid, descubrí que el verdadero hogar no se compra: se construye en el corazón de quienes amas.