El silencio de Lucía: una segunda oportunidad
Una mañana fría de otoño, encontré a Lucía sola en el parque, su mirada perdida y sus manos temblorosas. Mi marido, Andrés, y yo decidimos ayudarla, sin imaginar los secretos y heridas que arrastraba. Nuestra vida cambió para siempre, enfrentándonos a prejuicios, burocracia y nuestros propios miedos.