«Mi Hija se Siente Avergonzada de Mí Porque No Puedo Apoyarla Económicamente»
Recientemente, mi única hija, Ana, expresó su decepción hacia mí por no poder brindarle apoyo económico. Sus suegros, en cambio, siempre están ahí para ayudarles. Pero, ¿cómo puedo yo, una profesora jubilada, compararme con los adinerados padres de su esposo? Tuve a Ana más tarde en la vida, a los 42 años, después de años de intentarlo con mi difunto esposo.