Entre rezos y silencios: el día que casi pierdo a mi familia
La noche en que mi madre me echó de casa, sentí que el mundo se me venía abajo. La fe y la oración fueron mi refugio cuando la rabia y el orgullo amenazaban con romper los lazos que más amaba. Hoy, al mirar atrás, me pregunto si la paz que encontré fue un milagro o el fruto de aprender a escuchar el dolor ajeno.