El precio del sacrificio: ¿Qué nos deben nuestros hijos?
Me llamo Carmen y he dedicado mi vida entera a mis hijas, renunciando a mis propios sueños y necesidades. Ahora que son adultas, siento que el sacrificio no ha sido reconocido, y la distancia entre nosotras crece cada día. Me pregunto si el amor y la entrega de una madre merecen, al menos, respeto y gratitud.