El último adiós a Lucía: Entre lágrimas, amor y esperanza
En la habitación blanca del hospital, tuve que despedirme de mi hija Lucía, de solo dos años. El dolor de perderla me desgarró el alma, pero tomé la decisión de donar sus órganos para que otros niños pudieran vivir. Esta es la historia de cómo el amor y la esperanza pueden nacer incluso en medio de la mayor tragedia.