Entre Hermanas y Herederos: La Herida Que No Cierra
Desde el salón de mi casa en Madrid, veo cómo la rivalidad entre mis hijas, Carmen y Sara, ha contaminado incluso la relación entre sus propios hijos. Mi impotencia ante esta guerra silenciosa me consume, mientras intento comprender en qué momento la familia se convirtió en un campo de batalla. ¿Cómo se puede romper un ciclo de competencia que parece no tener fin?