Milagro tardío: El precio de un sueño cumplido

Milagro tardío: El precio de un sueño cumplido

Después de años de intentos fallidos y tratamientos dolorosos, mi marido y yo logramos tener a nuestra hija, Lucía, cuando yo ya tenía cuarenta años. La felicidad inicial se fue tornando en preocupación al darnos cuenta de que, por miedo a perderla o a no estar a la altura, la sobreprotegíamos y consentíamos demasiado. Ahora, me enfrento al dilema de si nuestro amor tardío está ayudando o perjudicando a nuestra hija.