El precio de un hogar: Una historia de expectativas familiares
Siempre fui la oveja negra de mi familia, no por rebeldía, sino porque logré lo que otros no se atrevieron ni a soñar. Ahora mi cuñada exige que le regale un piso en Madrid y mi madre, con su voz cargada de culpa, me presiona para que ceda. ¿Debo sacrificar mi felicidad y mi esfuerzo por cumplir con las expectativas injustas de quienes más deberían apoyarme?