El padre que comía gachas para que su hijo pudiera cenar solomillo: Historia de un sacrificio silencioso
Toda mi vida renuncié a mis propios deseos para que mi hijo, Álvaro, tuviera lo que yo nunca pude tener. Ahora, en la soledad de mi vejez, me pregunto si ese sacrificio valió la pena o si sólo sembré distancia y desilusión entre nosotros. Esta es mi historia de amor paternal, orgullo y el amargo sabor del desencanto.