Las grietas de la casa nueva
Aquella noche, mientras escuchaba la voz temblorosa de mi hijo pequeño al teléfono, supe que algo se había roto en nuestra familia. La decisión de comprar la casa, impulsada por la emoción y el deseo de estabilidad, nos llevó a una rutina asfixiante y a conflictos que nunca imaginé vivir. Ahora, mientras lucho por mantenernos unidos, me pregunto si alguna vez podremos volver a ser los mismos.