Mi nevera no es un restaurante: Cuando la hospitalidad se convierte en abuso
Mi hija Lucía y sus amigos transformaron nuestro hogar en un comedor improvisado, desbordando mi paciencia y poniendo a prueba los límites de la hospitalidad familiar. Entre discusiones, lágrimas y reflexiones, descubrí hasta dónde puede llegar el amor de una madre antes de sentirse utilizada. Esta es la historia de cómo aprendí a decir basta y a replantear mis propios límites.