La herencia en vida: cuando el amor y la desconfianza se enfrentan bajo el mismo techo
Una noche, enfrenté a mis padres con una petición que cambiaría para siempre la dinámica familiar: quería que la casa estuviera a mi nombre. Entre lágrimas, reproches y recuerdos de mi infancia en ese piso de Vallecas, descubrí que la herencia no es solo cuestión de papeles, sino de heridas abiertas y miedos nunca confesados. Mi historia es la de muchos hijos únicos atrapados entre el deber, el amor y la incertidumbre del futuro.