Herencia envenenada: El precio de mi divorcio
Me llamo Carmen y, a mis 55 años, mi vida se ha convertido en una batalla campal por culpa de una herencia que nunca pedí. Mi madre, Dolores, me ha amenazado con desheredarme por haberme divorciado, y mi hija Lucía se ha puesto de su lado. Entre reproches, chantajes y secretos familiares, me veo obligada a enfrentarme a todo lo que creía seguro.