La noche en que eché a mi hijo y a mi nuera: el precio de ser madre y mujer
Aquella noche, entre lágrimas y gritos, tomé la decisión más dura de mi vida: pedí a mi hijo Luis y a su esposa Marta que se marcharan de mi casa. Durante meses, intenté ser la madre comprensiva, pero el desgaste emocional y la falta de respeto me llevaron al límite. Ahora, mientras recojo los pedazos de mi corazón, me pregunto si alguna vez podré perdonarme por haber elegido mi propia paz.