El sabor amargo de la esponja
Soy Lucía y nunca olvidaré el día en que mi hija Alba, con lágrimas en los ojos, me confesó lo que su padre le había hecho. Aquella tarde, mi mundo se tambaleó y tuve que enfrentarme a mi exmarido, Sergio, por un castigo que rozaba la crueldad. Ahora, me debato entre proteger a mi hija y el miedo a las consecuencias de denunciar al padre de mi propia hija.