Un cachorro en la herida: el regalo de Natan y el secreto de nuestra familia
Pensé que tras la muerte de mi marido nada podría sorprenderme, pero el cachorro que me regaló mi nieto Natan removió viejas heridas familiares. El gesto, aunque bienintencionado, desató conflictos y sacó a la luz secretos que todos preferíamos ignorar. Ahora me pregunto si es posible curar la soledad sin abrir nuevas cicatrices.