Tienes un mes para irte: Cuando la familia se convierte en frontera
Mi suegra, Carmen, me dio un mes para abandonar el piso familiar y mi marido, Luis, guardó silencio. Entre lágrimas y rabia, tuve que enfrentarme a la soledad y a la traición de quienes más amaba. Esta es mi historia de dolor, coraje y el difícil arte de poner límites para encontrar mi propio lugar.