Nunca quise ser una carga: ahora solo deseo que alguien llame a mi puerta
Siempre fui independiente, la que nunca pedía ayuda, la que podía con todo. Ahora, en mi vejez, la soledad pesa más que cualquier orgullo pasado. Me pregunto si mi obstinación me ha condenado a este silencio que retumba en cada rincón de mi casa.