El aroma del pan recién hecho y el peso de las palabras no dichas
Me llamo Ivana y he pasado años intentando ser la esposa perfecta para Darío, sacrificando mis propios deseos por mantener la paz en nuestro hogar. Una noche, agotada y vulnerable, un simple gesto en la cocina destapó años de silencios y resentimientos, llevándonos a una confrontación que cambió para siempre la dinámica de nuestro matrimonio. Ahora me pregunto si el amor verdadero exige renuncia o si, al final, solo nos queda el eco de lo que nunca nos atrevimos a decir.