Herencia envenenada: El piso que nunca fue mío
Mi vida cambió el día que mi abuela murió y me dejó su piso en Lavapiés. Mi madre, consumida por el resentimiento y el miedo a quedarse sola, se negó a entregarme las llaves. Entre gritos, silencios y recuerdos, luché por mi derecho y por no perder a mi familia.