Solo un poco de pan: La verdad tras la puerta de mi vecina
Me llamo Lucía y jamás olvidaré el día en que mi vecina, Carmen, llamó a mi puerta pidiendo ayuda. Su súplica, aparentemente sencilla, destapó una red de secretos, prejuicios y heridas familiares en nuestro bloque de Madrid. Lo que empezó como un acto de compasión me obligó a enfrentarme a mis propios miedos y a cuestionar la verdadera solidaridad.