A los sesenta años, busqué a mi primer amor: el día que descubrí a mi hija perdida
A los sesenta años, impulsada por una inquietud que nunca desapareció, decidí buscar a mi primer amor, Ignacio. Lo que encontré al otro lado de la puerta fue mucho más que recuerdos: una mujer que se parecía demasiado a mí, y una verdad que sacudió los cimientos de mi familia. Ahora me pregunto si alguna vez podemos huir realmente de quienes fuimos y de las decisiones que tomamos.