Cuando la familia vuelve a casa: El precio de abrir la puerta
Todo comenzó con una llamada de mi hijo Pablo, pidiéndome refugio para él y su esposa en mi pequeño piso de Madrid. Lo que parecía una solución temporal se convirtió en una convivencia asfixiante, donde el amor maternal chocó con la falta de espacio y la tensión cotidiana. Ahora me pregunto si ayudar a los hijos siempre es lo correcto, o si a veces el sacrificio de una madre tiene límites.