Promesas Rotosas y el Precio de la Familia
Mi vida cambió el día que mi madre me lanzó una frase que nunca olvidaré: ‘Le prometí a tu hermano el dinero para el coche. Vosotros apañaos.’ En ese momento, mi marido y yo no teníamos hijos ni preocupaciones, pero tres años después, la llegada inesperada de nuestra hija y la precariedad laboral lo cambió todo. Ahora, me enfrento a la dura realidad de las promesas familiares, las prioridades cambiantes y el dolor de sentirme invisible en mi propia casa.