Extraña en mi propia casa: El precio de un sacrificio
Regresé a Madrid tras veinte años trabajando en Suiza, convencida de que mi esfuerzo daría a mis hijos una vida mejor. Sin embargo, al volver, descubrí que el hogar que soñé construir se había desvanecido y que mis propios hijos me veían como una extraña. Ahora, busco entender en qué momento perdí mi lugar en la familia y si aún queda esperanza para reconstruir los lazos rotos.