¿Hasta cuándo tengo que ser la madre de mi marido?
Una mañana, el timbre del móvil y la voz de mi suegra me despertaron de golpe. Me di cuenta de que mi vida giraba en torno a cuidar a un hombre que nunca quiso crecer. Entre reproches, silencios y la presión familiar, tuve que elegir entre seguir perdiéndome o salvarme a mí misma.