Cuando la casa se queda vacía: El eco de los hijos que se van
A los sesenta años, sentí cómo el silencio de mi casa se volvía ensordecedor. Mis tres hijos, ya adultos, han seguido sus caminos, y mi marido Tomás y yo nos enfrentamos al vacío de un hogar que antes rebosaba de vida. Esta es la historia de cómo el síndrome del nido vacío me obligó a replantearme quién soy más allá de ser madre.