Cuando la familia duele: La casa de la discordia
Mi vida dio un vuelco el día que mi suegra, Carmen, nos pidió comprarle una casa en las afueras de Madrid. Lo que parecía un gesto de cariño y apoyo familiar se convirtió en una pesadilla que desgarró mi matrimonio y puso a prueba mis límites. Ahora, cada vez que veo el nombre de Carmen en mi móvil, siento un nudo en el estómago y me pregunto si alguna vez podré perdonarla… o perdonarnos.