El susurro de la madrugada: Cuando la independencia se convierte en soledad
Desperté entre gritos y el olor metálico de la sangre, sola en mi piso de Lavapiés, mientras mi marido, incapaz de ayudarme, lloraba en la habitación contigua. Mi obsesión por demostrar que podía con todo me llevó a rechazar ayuda, incluso en el momento más vulnerable de mi vida: el nacimiento de mi hija. Ahora, entre el eco de mis decisiones y el vacío de la cuna, me pregunto si la independencia puede ser, a veces, una condena.