No invitada a la boda, pero sí esperada en casa: la doble moral de mi familia
Mi hijo Sergio se casó con Lucía, y aunque siempre recibí a ella y a su hija Paula con los brazos abiertos, nunca dejé de sentirme una extraña. Cuando no me invitaron a su boda pero luego me pidieron que les diera cobijo, tuve que enfrentarme a la dolorosa realidad de los lazos familiares y las dobles varas de medir. Esta es mi historia sobre lealtad, decepción y la búsqueda de reconocimiento.