La casa que rompió mi familia: una herida que no cierra
Siempre fui una mujer trabajadora y reservada, pero la decisión de mis suegros de dejar la casa familiar a su hija menor me destrozó. Sentí cómo la injusticia y el favoritismo desgarraban los lazos familiares, obligándome a tomar decisiones dolorosas. Desde entonces, vivo con la herida abierta de una traición que aún no logro comprender ni perdonar.