A los sesenta, el amor me sorprendió en la Plaza Mayor
Nunca imaginé que a los sesenta años volvería a sentir mariposas en el estómago. Mi vida había sido una rutina de responsabilidades y silencios, hasta que conocí a Tomás en una tarde cualquiera de Madrid. Ahora, enfrento la incomprensión de mis hijos y la mirada crítica de la sociedad, pero por primera vez, me siento viva.